sábado, 20 de noviembre de 2010

Camino a Londres IV: El paciente "inglés"


La regular irregularidad, así podríamos definir a Andy Murray. El escocés llega a Londres en el puesto más bajo de la temporada, recién desbancado de la 4ª posición por Robin Soderling, y tiene que demostrar que lleva dentro muchísimo más tenia que el sueco.

Murray es un tenista de nivel. Nadie duda que es un top5 y lo será por muchos años, pero por lo general salen más a relucir sus defectos que sus virtudes, que son numerosas. Un buen saque, golpes de fondo tremendamente consistentes tanto de derechas como de revés, paciencia, rápido tenis de contrataque y buen juego en la red. Pocos tenistas son tan completos como él, pero pocos dan sus altibajos. Tras arrasar en el Masters 1000 de Shangai (no perdió un solo set, y únicamente Chardy logró llevarle más de 5 juegos en TODO el partido), fue a Paris y decepcionó ante un Monfils que sigue lejos de lo que prometía.

A esta irregularidad hay que preguntarse si realmente habría que sumarle también falta de capacidad, y es que a pesar de todo lo dicho en el párrafo anterior, decepciona que aún no haya ganado ningún Grand Slam, y que nisiquiera haya llegado a tener opciones reales de hacerlo. Y es que en sus dos finales (Australia y US Open, ambas ante Roger Federer) no ha logrado hacer ni un set.

Pero no olvidemos mencionar también la parte regular del escocés, y es que es extraño verle caer en una primera o segunda ronda. Siempre gana los partidos cómodos y aparece en las últimas rondas, pero es ahí donde tiene el problema.

Está Andy pues ante una buena oportunidad de llevarse su título más importante en este Masters. Juega con la afición a favor, en una pista que se adapta a sus condiciones y cuando tiene que dar el do de pecho para no verse desplazado en el ranking ATP.

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