martes, 19 de abril de 2011

Por norma general, la alegría de la llegada de la primavera tiene como uno de sus puntos negativos la presencia de los siempre molestos mosquitos. Sin embargo, mañana va a hacer acto de presencia en Barcelona uno que suscitará la algarabía de la mayoría de aficionados al tenis de toda España. Tras siete largos meses de baja por lesión, el gran Juan Carlos Ferrero vuelve a las pistas en la capital condal. A sus 31 años, aún tiene la ilusión de un debutante y ha preparado a conciencia su retorno, harto de ver casos de compañeros que cercenan sus posibilidades de volver a la élite por querer competir antes de tiempo. Las experiencias de Haas, Moyá o Hewitt no han pasado desapercibidas para el mosquito, tan letal en la pista como templado y sosegado fuera de ellas.

Juanqui estaba protagonizando un gran 2010 cuando las lesiones que ya lastraron su rendimiento en 2007 y 2008 volvieron a hacer acto de presencia. Ya en su primera participación del año en Auckland se hizo un esguince de tobillo que quiso ignorar, siguiendo con dolores el calendario previsto. Pero el cuerpo tiene memoria y este percance comenzó en los meses siguiente no sólo a pasarle factura en la zona dañada, sino también en otras partes de su cuerpo como la rodilla debido a los gestos que tenía que hacer para poder jugar esquivando el dolor. Cuando decidió parar en septiembre su idea era volver en enero y participar en el Open de Australia. Nada más lejos de la realidad. La rodilla no respondía a la perfección y el período de baja fue alargándose hasta llegar a este 19 de abril.

Horas, días y meses de intensas sesiones de gimnasio y de natación, prácticamente sin tocar una raqueta, algo impensable para un verdadero amante de su profesión como es Juan Carlos Ferrero. Pero todo esfuerzo tiene su recompensa, y ésta ha sido poder competir en perfecto estado de revista. Solucionado el envite físico, queda ahora lo más fácil... o lo más difícil. Falta encontrar el ritmo de juego, las sensaciones, ese punto dulce en el que apenas acaricias la bola y ésta sale despedida a una velocidad endiablada adquiriendo ángulos inverosímiles. Debería ser la parte más sencilla del proceso para Ferrero, pero a esta edad y con el estilo de juego que actualmente abunda en el circuito aparecen las dudas. Mañana a las 13:30 (en directo por Teledeporte y TVE HD) podremos ver si el de Ontinyent vuelve a buen nivel. Su rival será Xavier Malisse, su verdugo el año pasado en Wimbledon pero que sobre tierra batida, estando Juanqui cerca de su mejor nivel, no debería darle problemas.



Comenzó la primera ronda

Regresos y nombres propios aparte, este lunes empezó a disputarse la primera ronda, con una granada participación de 'la Armada! que consiguió aceptables resultados. Sólo hubo tres derrotas, dos de ellas en duelos españoles 100%: Ramírez-Hidalgo cayó ante Albert Ramos (4-6,6, 7-5) y Gerard Granollers evitó la bicicleta haciéndole un juego en el segundo set a un Pablo Andújar que se encuentra en el mejor momento de su carrera. La tercera baja fue la de Pablo Carreño, gijonés de 19 años que participó gracias a una wild card y que cayó 6-7, 6-3 y 6-2 ante Benoit Paire.

El resto de españoles corrió mejor suerte. Avanzaron a la segunda ronda Marcel Granollers (7-5, 6-7, 6-1 a Daniel Brands), Guillermo García-López (7-6, 6-3 a Istomin) y Montañés (doble 6-2 a Teymuraz Gabashvili). Otros nombres ilustres que solventaron su primer compromismo sobre el polvo de ladrillo barcelonés fueron Santiago Giraldo, Robin Haase, Juan Mónaco o Victor Hanescu.

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