sábado, 16 de abril de 2011

Nadal sufre para llegar a su final

Como sucede en gran parte de los torneos sobre tierra batida, tendremos final española en el Masters 1000 de Montecarlo. Tras la victoria de Ferrer esta mañana se ha producido esta tarde la que todo el mundo tenía en su guión: la de Rafa Nadal. El tenista balear se impuso con mucho más trabajo del esperado a Andy Murray por 6-4, 2-6 y 6-1 en dos horas y cincuenta y nueve minutos de tenis de muchos quilates.

El primer set empezó para Rafa igual que ayer: sirviendo, perdiendo el saque y a continuación recuperándolo. Pero a diferencia de ayer esto no fue una anécdota, hoy fue la tónica del encuentro. Todo parecía indicar un partido plácido para Nadal pero fue todo lo contrario. Hoy Rafa se sintió como si jugara contra una copia sí mismo, tocando todas las bolas con el revés y manteniéndose muy por detrás de la línea de fondo. Esto no fue por decisión propia, sino por el juego y la actitud de un Murray que saltó a la pista sin nada que perder, dispuesto a comerse el mundo y desplazando a Rafa tanto de revés como de derechas, jugando bolas profundas, liftadas y con muchísimo peso. El juego del escocés permitió que se viera en la central del Montecarlo Tennis Club una sucesión puntos largos, defensas monstruosas y golpes imposibles que hicieron las delicias de los 12.000 espectadores que poblaban las gradas. De este modo, tras una sucesión de breaks y con ambos tenistas sufriendo para mantener sus saques, fue Rafa quien tiró de galones para cerrar la primera manga con un apretado 6-4.

Los problemas parecían haber pasado ya para Rafa cuando comenzó el segundo set imponiéndose en su primer saque, pero sólo fue un espejismo. Hoy Murray no había venido derrotado sino todo lo contrario, estaba dispuesto a dejar hasta la última gota de sudor sobre la tierra batida monegasca pese a tener que retrasarse el inicio del partido por problemas en su codo derecho. Problemas que no notó durante todo el set, en el que jugó como los ángeles y consiguió algo casi impensable: anular a Rafa sobre la tierra batida. El hexacampeón de Montecarlo no encontraba salidas, era claramente dominado por Murray y sorprendió con golpes que no venían a cuento como un par de dejadas que no hicieron más que insuflar ánimos al de Dumblin. Dominando e imponente al saque, el actual número 4 terminó desquiciando a un Rafa que vio cómo la manga se le escapó por 6 juegos a 2.

Con el partido más igualado que nunca se vislumbraba un tercer set de infarto, pero entonces el de Manacor reaccionó. Todo el tenis que no mostró en las dos primeras mangas lo sacó en la definitiva de golpe y porrazo. Si hasta entonces apenas había tocado bolas con la derecha (hizo dos winners de derecha en los dos primeros sets), aquí ya empezó a tenerlas más a menudo, y eso que no le hizo falta, pues afinó su revés para el acto final y no defraudó. Murray comenzó a sentir la ira del rey de Montecarlo, un rey que vio amenazado su trono y contraatacó con la furia de quien se ve contra las cuerdas en su propia casa. Golpeando la bola con más furia y potencia que en todo el torneo sacó de pista a un Murray ya agotado por el esfuerzo de luchar de tú a tú contra Rafa durante casi tres horas. Puedes arañarle juegos, incluso un set como fue hoy el caso, pero al final Nadal es Nadal y sobre tierra batida no hay quien le tosa. A Murray ya le dolía todo y pidió el fisio para prolongar una muerte anunciada, que podía haberse consumado en forma de rosco si el número 1 del mundo no hubiera regalado un servicio.

Finalmente, los pronósticos se cumplieron y Rafa se metió en la final, en 'su' final, tras tres horas de tenis que pueden pasarle mella mañana ante un tenista que seguro que no le va a dar respiro como es David Ferrer.

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