sábado, 3 de julio de 2010

Imparables

Tal y como reza el título de la entrada de hoy es como están Berdych y Nadal: imparables. Ambos se han citado para la final del domingo tras vencer por 3-0 a sus rivales de hoy: Djokovic y Andy Murray respectivamente. Pero la foto la merece el checo, de qien hablaré hoy en primer lugar, no sólo por haberse disputado antes su partido sino porque viene haciendo una grandísima temporada de la que no puedo evitar hacer una pequeña reseña.


Ganó el checo, con una facilidad aún algo mayor de lo que refleja el marcador, a un Djokovic que por raro que suene hizo un partido muy completo. Pero es que hoy Berdych parecía a otro nivel, además de demostrar desde el primer segundo que tenía tácticamente preparado este partido a conciencia. Lejos del intercambio de golpes duros y planos que se podía prever, Berdych tiró por la tangente y sacó todo su repertorio de golpes para plantear un partido en el que él fuese el dominador. Para ello, optó por golpes largos y con muchísimo top-spin, sin importarle meterse en peloteos largos que para sorpresa del respetable casi siempre caían de su lado. Tremendamente sólido con el servicio (cedió un saque en todo el encuentro), caminó con ventaja desde el primer punto del partido, mientras por su parte Djokovic veía un muro auténticamente infranqueable. Una, dos tres... ¡en ocasiones, le hicieron falta hasta cinco bolas ganadoras para poder llevarse puntos!

Así las cosas, el primer set fue como acabo de relatar: Berdych sirviendo fácil, y esperando la oportunidad al resto. Le llegó en el sexto juego con dos bolas de break, de las cuales no le hizo falta más que la primera para firmar el break y administrar la ventaja hasta llevarse el set 6-3. Siguió igual la segunda manga, con un Djokovic al que los errores le costaban carísimos frente a un jugador que parecía no tener ningún punto debil. Juego a juego ambos firmaron su saque hasta el decimoprimero, donde Berdych rompió el saque del serbio, pareciendo así que se apuntaba el set.

Pero Djokovic nunca está muerto. Su expresividad denotaba un Djokovic cansado, tanto por los diez días de torneo como por la situación del partido, pero le quedaban fuerzas. Las exprimió y forzó el tie-break al resto, aunque lo empezó fatal. 1-0, 2-0, 3-0... y de nuevo a remontar. Luchó lo indecible en la muerte súbita, pero Berdych fue paciente y cuando tuvo oportunidad sentenció: 11-9 y a un set de la final.

La forma de ceder el set hizo mucho daño al pupilo de Marian Vajda, que aguantó como pudo en la tercera manga hasta que Berdych rompió su saque en el octavo juego (más bien lo regaló Nole...) y no dudó para cerrar a la segunda bola de partido repitiendo el marcador del primer set. Al final, 6-3 7-6(9) y 6-3 para Tomas Berdych en el encuentro que le catapulta a su primera final de Gran Slam y, más de dos años después, le mete de nuevo en el top-ten. ¿Vendrá para quedarse?



Su rival será el que vuelve a ser el de siempre, el que vuelve a ser protagonista de todas las finales, y el número 1 del mundo por bastante tiempo: Rafa Nadal. El de Manacor jugó hoy su mejor tenis del torneo y apenas dio opciones a un Murray que ya no sabe que hacer para triunfar en la hierba londinense.

El primer set empezó con ambos tenistas fuertes con su servicio (apenas 15 puntos al resto en total) y, cuando parecía abocado al tie-break, apareció Rafa. Pese a algún juego en blanco del escocés, supo apretar al resto cuando al de Dunblane le pesaban los brazos, y con un break providencial se anotó la primera manga por 6-4.

La segunda manga nos mostró a un Murray más entregado aún, inquebrantable y agresivo al resto, que como premio a su constancia logró dos bolas de break en el octavo juego. No las materalizó, y tras deleitarnos ambos tenistas con los mejores puntos del encuentro llegamos a un tie-break que fue una auténtica montaña rusa. Empezó dominando 2-0 Murray, contrabreakeó Rafa, sirvió el escocés con 6-5... y acabó siendo de nuevo el número 1 del mundo quien se apuntara otro set, pues tras hacerse con tres puntos seguidos ganó el tie-break por 8 a 6.

No quería Murray que terminara ahí la cosa, y sin que nadie se enterase ya dominaba 0-3. Ahí sacó Rafa su casta, su lucha y, en definitiva, todo. El de Manacor no quería alargar el partido, y empezó a jugar como los ángeles. Sólo dos errores no forzados, una decena de winners y 7/7 puntos en la red... eso se tradujo en una espectacular remontada. Tras el primer break sufrido, Nadal firmó 14 de sus 16 puntos al saque y restó con una velocidad pasmosa y toda la variedad posible: bolas profundas, cortadas, liftadas, planas, dejadas... Así, obtuvo un break clave cuando iba 4-3 abajo, igualó y tras adelantase en el marcador 5-4, ganó el partido al resto. 6-4 7-6 6-4 fue el marcador definitivo.

Ahora, veremos qué es capaz de hacer el domingo. Esperemos que algo muy grande, y que su renuncia a la Davis no se note, pero de eso hablaremos mañana.

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