
El manacorí empezó cediendo su servicio a las primeras de cambio, para pasarse el primer set a remolque de un Roddick que ofrecía oportunidades de rotuta (hasta cuatro) para salvarlas con la facilidad del que traza con un compás, para admiración de la mayoría del público y desesperación del propio Rafa y sus fans más acérrimos, entre los que destacaban Carlos Moyá y señora. No varío el dibujo en todo el set, y el de Nebraska hizo buena la rotura para apuntárselo por 6-3 con un gran servicio y haciéndose enorme en la red, donde Rafa casi nunca pudo superarle.
A comienzos del segundo set parecía que llegaba el momento de Rafa... pero no fue así. De nuevo el estadounidense rompió primero, pero esta vez a Nadal le quedaba un cartucho en la recámara. No tardó el manacorí en devolver el contrabreak a base de puntos largos, ángulos y juego de fondo para que el juego, empatado a 3, navegara mansamente hasta llegar al tie-break: Contento Rafa porque tenía el partido perdido, contento Roddick porque firmaba la muerte súbita con sangre.
El tie-break de este segundo set fue una auténtica montaña rusa, con una vertiginosa sucesión de minibreaks y golpes de escándalo: passing-shots, derechas espectaculares, reveses que tocaban línea con una facilidad pasmosa y hasta algún ace. Rafa dispuso de tres bolas de set y a la tercera, primera de ellas al saque, se hizo con la manga y algo hacía indicar que posiblemente también con el encuentro.
La tercera manga comenzaba con Rafa confirmando las sensaciones que empezaba a apuntar en el rush final del set anterior: más atinado con el servicio, jugando más largo y agresivo, buscando ángulos y presionando el revés de A-Rod. Pronto el número 1 mundial consiguió una rotura a la postre definitiva, y segurísimo al saque (perdió 6 puntos en todo el set) administró la ventaja para llevarse el encuentro. Paso de gigante de Rafa de cara a estar en semifinales.
El miércoles partidazo entre Rafael Nadal y Novak Djokovic disputándose el liderato del grupo A.